La importancia de la investigación en neurorrehabilitación

Allport señaló en 1947 que el objetivo de la ciencia es “comprender, predecir y modificar por encima de los niveles que permite el sentido común”.

 

¿Por qué hay que investigar?
Allport señaló en 1947 que el objetivo de la ciencia es “comprender, predecir y modificar por encima de los niveles que permite el sentido común”.

Un equipo médico o terapéutico que no se pregunta por la efectividad de sus procedimientos y por las opciones de mejora de los tratamientos que ofrecen a sus pacientes se ve abocado a trabajar únicamente con la información que transmiten los expertos en un área, cuyas conclusiones y recomendaciones pueden ser extraídos de datos de poblaciones diferentes y entornos diferentes que no siempre se ajustan a la realidad de nuestros pacientes.

Antiguamente las actitudes terapéuticas eran principalmente basadas en el “ojo clínico” del terapeuta, sin embargo, se ha demostrado ampliamente que existen límites para la intuición y el sentido común.

Los seres humanos, por las limitaciones propias de nuestras capacidades cognitivas no somos buenos reconociendo datos aleatorios, tendemos a ver patrones, grupos y orden donde no existe y frecuentemente ignoramos datos contra nuestras creencias y valoramos los que las refuerzan. Gilovich (1993)
Esto sucede porque tenemos una tendencia innata a la percepción selectiva, y recuerdo selectivo. Los médicos y terapeutas no somos indemnes a todos estos sesgos. Lo cierto es que un tratamiento que funcione en muchos de nuestros pacientes no tiene por qué funcionar de igual manera en todos los pacientes

Los pacientes de las unidades de daño cerebral son muy heterogéneos, el origen de sus lesiones es diverso, y las regiones cerebrales afectadas también. Por lo dicho también sus síntomas son variados y las necesidades terapéuticas en cada uno de los afectados son distintas.

El paciente con daño cerebral tiene además una situación familiar compleja con unas expectativas y necesidades diferentes a cualquier otra enfermedad porque el impacto en la vida del paciente y su entorno es muy significativo. Los medios de comunicación no siempre aportan información verás sobre los avances en investigación, transmitiendo información incompleta o con una interpretación algo sesgada. Es el terapeuta o médico debe poder responder a las preguntas de sus pacientes y las familias.

Por estas razones, el clínico que trabaja en una unidad de daño cerebral debe trabajar con un método apropiado, debe estar actualizado con los últimos avances en rehabilitación, lo que hoy vale, mañana puede considerarse equivocado, y debe saber si esos resultados son aplicables a sus pacientes. Los clínicos son los primeros responsables de decir qué funciona y qué no.

La investigación es un marcador de calidad en la atención al paciente. Debe tratar de responder a los problemas a los que nos enfrentamos en el día a día de la rehabilitación en cuanto al diagnóstico, el pronóstico o la identificación de variables que más impacto tienen en la recuperación de un paciente. La realización de investigación activa es costosa, en tiempo, recursos económicos y de personal pero sólo gracias a ella se producen avances. Poco a poco.

La búsqueda de la máxima calidad asistencial ha llevado a que la unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana, con la colaboración de la Universidad Francisco de Vitoria ponga en marcha un completo laboratorio de neuromodulación no invasiva liderado por el Dr. Romero Muñoz, neurólogo, que junto al resto de neuropsicólogos y terapeutas de la unidad, desarrollan proyectos de investigación orientados a definir los protocolos que mejor se ajusten para potenciar la rehabilitación de pacientes con daño cerebral adquirido.

El laboratorio cuenta con importantes colaboraciones dentro y fuera de España y representa una apuesta clara de nuestra unidad por la innovación en la rehabilitación.

Los proyectos mas próximos se centran en la rehabilitación motora de miembro superior (proyecto HandboosTMS) y en la rehabilitación de las lesiones que producen heminegligencia (Proyecto tDCSNeglect) sin dejar de lado otros proyectos previos para la rehabilitación de la enfermedad de Parkinson (Proyecto NeuroMOD).

“Hacer las cosas como todos” es una máxima sospechosa que a veces puede significar hacer las cosas mal. No dejaremos de buscar nuevas maneras de hacer las cosas y hacerlas cada vez mejor.

Juan Pablo Romero Muñoz
Neurólogo de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana

Marcos Ríos Lago
Neuropsicólogo, Jefe de la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Beata María Ana